viernes, 3 de julio de 2020

Barro tal vez





En algún punto nos empezó a salir caro evadir, evadirnos.

Hablo de evadir las dificultades, evadir los procesos personales que preferíamos postergar y ponernos un lente color rosa, quizás viendo una película, saliendo todas las noches, tomando algún trago o simplemente llenándonos de ocupaciones con tal de no lidiar con eso que estaba en el sótano de nuestras vidas.

La cultura de lo perfecto, pulcro y limpio, la cultura de nadie tiene poros, de que te ves más lindo o linda sonriendo, la del piensa positivo, la cultura de no sientas esa enfermedad, mejor toma pastillas y posterga el síntoma.

No digo que este mal distraerse, ni querer tener un día color rosa, elevar el pensamiento y reírse con amigos, eso también es medicina y lo sabemos.

Hablo de que estábamos un poco ciegos ante tanto estimulo externo, de que hacíamos de todo con tal de no quedarnos en silencio

Las enfermedades siguen siendo tabú, siendo “feas” e innecesarias, las enfermedades aún no se entienden. Sí, nadie quiere estar enfermo, nos hace sentir mal y nos posterga, pero tampoco se quiere hacer trabajo para no llegar a eso y comprender desde nuestro sentir que este cuerpo es sensible, y guarda en él cada emoción, trauma y alegría vivida.

Me llama la atención aún esa evasión, la del cuerpo como tal, estamos aquí en este plano, con una estructura hecha de huesos, venas, órganos y células, estamos aquí envejeciendo, pero la sola palabra eriza los pelos de muchos.

Las aplicaciones de internet llenas de juventud, y si nos ponen viejos, aun así, nos mejora los ojos, los labios y salimos siendo todos guapos. La belleza es fascinante, sí, pero nos olvidamos de que es subjetiva e insistimos en hacerla estándar.

Sí este proceso de encierro nos ha costado es por eso, porque sentirnos vulnerables jamás se nos fue enseñado, siempre fue signo de debilidad, incluso inferioridad, había que estar siempre dignos, con la columna recta, la cara feliz y la actitud de “soy fuerte”.
Obvio que somos fuertes, estamos vivos después de tantas cosas que nos han pasado de forma personal y colectiva, hemos soportado nuestras propias actitudes muchas veces dañinas, hemos repetido traumas de nuestra familia, hemos amado y a ha dolido, hemos perdido a seres queridos y visto injusticias…

Y a todo eso nuestro cuerpo, mente y alma ha sobrevivido, sí, somos fuertes, valientes y corajudos y eso también cuenta cuando hemos sido feos, tristes, necesitados de otros, cuando hemos estado enfermos, llorando, deprimidos y sin ganas de nada, todo eso va en el paquete.

La pandemia al hacernos estar meses en nuestras casas, al no poder tener contacto físico con otros, y hacernos estar 24/7 sólo con nosotros y personas que veíamos en la rutina de un día a día, pero no siempre, nos esta mostrando la tolerancia a las imperfecciones que queríamos tapar,la tolerancia de no moverse, de estar quietos, y sentir, solo sentir…

Todo esto lo escribo pensando en astrología, pero no quería hablar en términos técnicos, acá están encerrados los eclipses, las conjunciones, los planetas en signos cardinales, pero no quería decirlo así hoy.

Yo no sé que cosa hemos aprendido todos aún, y no es necesario haber aprendido tampoco, porque esa es otra exigencia impuesta.
Pero lo que sí sé, es que nadie va a salir igual a como llegó de esta pandemia, el mundo y nosotros ya somos distintos, la piel es distinta, ciertas visiones son distintas, las necesidades son distintas, hemos aprendido a vivir con menos, a valorar más a ciertas personas y hechos, pero mi anhelo es que también aprendamos a querernos en la oscuridad, en el proceso de la metamorfosis, en el nigrado como dice la alquimia.

No quiero romantizar el trauma ni el dolor, solo quiero que se acepte como proceso natural de vida, para así guiarnos mejor, quiero que aprendamos a ser fieles a nosotros mismos,a nuestro propio pulso,a nuestros latidos. 

Esto lo escribí por mi propia experiencia de vida, los que me conocen saben que de pequeña el dolor físico ha sido un tema, y la única forma de llevarlo mejor, fue viéndolo como algo natural en mi persona, puede sonar cliché pero el gesto más amable que pude hacer conmigo fue aceptarlo.

El mundo esta en crisis, la política, el sistema económico, nuestras mentes, nuestro cuerpo, y no hay certeza de nada, y nunca la hubo.
Y me arriesgo a decir, que eso también esta bien, ya llegamos a este punto, que más certeza queremos tener.

¿Y qué si no estamos bien?, es un síntoma de que tampoco estamos tan mal.

Nos enseñaron a no querernos como somos, el acto más rebelde sería hacer exactamente lo contrario, veamos que hace el mundo con eso.







jueves, 28 de mayo de 2020

Ahora te cuento





No sabemos nada
No sabemos del dolor ajeno
No sabemos del amor ajeno
No sabemos del alma del otro
Un día aquí, luego entre cajones y recuerdos
Encuentras historias, amores y caminos
Un día tú tío es solo aquel que amaba la guitarra 
Al otro día deja un cuaderno lleno de deseos
No sabemos del caminar ni el camino
No sabemos
Alguien dijo “cada uno escoge su destino”
Y su cuerpo apenas estaba tibio
No, eso tampoco lo sabemos
¿Destino?
El destino es el tiempo que amó, es todo lo que lloro y se rió
Lo demás déjaselo a los de moral alta y aburridos
Ese no era mi tío
No lo estoy romantizando, no lo estoy idealizando
Pero cuesta ver el alma de alguien 
Poemas y estampillas, todo tan cuidado
Todo eso hablando en voz alta de quien fue
Nunca fue fácil ser primogénito, nunca fue fácil ser solitario
No sabemos del amor que arde en alguien
No sabemos de su locura
No sabemos
Después de todo, ¿quién es un tío?
Es el hermano y sangre de tu Madre o Padre
Es el de los dulces, es el que te quiere sin siquiera saber porque
Es el que escribía poemas y no le decía a nadie
Es el que andaba solo por las calles observando todo
Es el que te mostró la música que más amas hoy
Es una ausencia larga y presencia extraña a medida que creces
Pero no, aún no sabemos nada.
Me quedare con lo último que escogió hacer
Me quedare con que vivió a una cuadra de mi casa
Me quedare con el abrazo melancólico tras el rencuentro
Me quedare siempre con Los Beatles y un camarote lleno de imágenes
Un recuerdo añejo hablando inglés y riendo cansado
El se va durmiendo, con audífonos en sus oídos
Y todo hace sentido
No, no sabemos nada del alma del otro
Tio,ahora te cuento, yo también escribo 


domingo, 16 de febrero de 2020

Dolió y BooM !!!


La mente siempre engaña, estaba pasando por depuración y solo quería ver ganancia.
sí, el saber también te hace iluso, el creer también te hace incrédulo y así y así.
365 días atrás aprendí mucho de mi, la vida puso en mi camino desafíos que me pararon los pelos, pero sobre todo el pecho, vaya que sí.
No tenía idea de ciertos dolores hasta el 2019, sacarse la cresta, estar sola en el piso, sentir vulnerabilidad por cada poro del cuerpo, pero sobre todo del alma, sentirse mortal y frágil, para luego tener rabia e impotencia, no entender nada.
Cada día era una montaña rusa, cada día no sabia quien seria yo al despertar, no confiaba en mi juicio, no me creía, estaba aburrida de venderme ilusiones y cuentos.
Colapse.
Estaba tan en mi que no lograba salir, los primeros meses fueron una eternidad, un juego de mi mente y ego, haciéndome zancadillas, pesadillas y tormentas que no tendrían que existir.

Tomé la decisión, de desatar los nudos, sin importar el tiempo que me llevaría, tome la decisión de decidir, de ser mi amiga, de dejar de abandonarme, ya tenia suficiente con los abandonos externos que mi mente me repetía.

La teoría se empezó a volver practica, el nigredo y la necrosis estaban ahí, en mi, dentro de mi, matando tantas cosas, abriendo mis ojos, todos los días y a cada minuto.
Fue realmente agotador.
Pero me metí al pantano y salí, no me negué a la tormenta, no me negué a nada.
La negación me había traído hasta aquí, era tiempo de hacerle frente a ese carácter evasivo
Mire la herida, algo sanó, saque la costra, y dejó de doler.
Nada garantiza no volver a caer, pero ya supe ver.


Instinto, supervivencia, vivir.

[Dic-2019]